Bueno, a lo mejor para mi es un poco pronto para esto del cole, pero llamémosle así a la vuelta a la rutina y a la depresión post vacacional, que yo cada año sufro tan profundamente.
Ha llegado el momento de volver a acostumbrarme a hacer las tareas de la casa con la única compañía de mi Principito, sin poder decir "quédate pendiente del gordi que voy recoger un poquito la casa, tardo cinco minutos, vale?" y un par de horas después aparezco yo en el salón muy contenta porque me he ventilado toda la casa :).
Así que aquí estoy, haciendo una lista, por cierto, de esas que vienen en mi maravillosa agenda, de toooodas las cosas que tengo que hacer esta semana, desisto en lo de dividirlo por días porque a estas alturas ya me he dado cuenta de que la organización no depende de mi. Y es que ayer pude comprobar que planchar mientras tu hijo aprende a gatear no es buena idea, se ve que lo de que los niños coloreen saliéndose de los bordes es extensible a delimitar su zona de gateo con un puzzle acolchado.
Pues bueno, aquí es donde, como casi siempre, entra en juego mi Santo. Cuando dejé de trabajar, no por iniciativa propia sino debido a la crisis (voy a omitir comentarios al respecto porque estoy en horario infantil), evidentemente, dejé de tener ayuda externa para la casa, o sea que me convertí en lo que viene siendo una ama de casa, cuyo trabajo valoramos más cuando nos toca serlo a nosotras, aprovecho para mandar un beso súper gordo a mi madre. Pues bien, hasta aquí todo normal, pero había una pequeñita pega (en ese momento era minúscula) mi Principito ya estaba con nosotros, aunque por aquel entonces tan sólo se manifestaba en una sensación de fatiga permanente y una somnolencia incapaz de ser descrita. En ese momento, dado mi estado físico, y el no tan físico, y yo creo que previendo que iría a peor, mi maridito decidió comprar el aspirador Roomba, y a partir de ahí mi vida en la casa cambió :) ¿Lo conocéis? Para los que no, os dejo una foto y si queréis buscad vídeos en you tube de cómo funciona, aunque pueda parecer en plan tele tienda y que nunca hará nada de lo que dice, creedme es aún mejor. Cuando nació Diego, nos animamos y compramos el fregador de suelo, mi vida ahora es maravillosa :D.
Bueno, después de todo esto tengo que decir a mi favor, aunque algunos penséis que ya nada de lo que diga tiene mérito, que la casa no es sólo aspirar y fregar el suelo, eh? Y que con un gordi pegando grititos de reclamo continuamente toda ayuda es poca.
Mucho ánimo para aquellos que también habéis vuelto a la rutina y enhorabuena a las mamis que ya tenéis a los peques en el colé.
No hay comentarios:
Publicar un comentario