Bueno, ante todo disculparme porque la semana pasada me la he saltado a la piola (qué antigua, ¿no?) pero es que algún fenómeno extraño se apoderó de mi y estuve de limpieza profunda en mi casa, limpiando incluso aquellos rincones que desconicía, y claro entre eso y el principito aprendiendo a gatear, cuando me sentaba en el sofá a las tantas de la noche hincaba el pico en décimas de segundo.
Esta semana os voy a hablar de uno de mis hombres, sí sí es que tengo varios, pero no seáis mal pensados que todos menos uno son más bajitos que yo, y eso, dada mi estatura, da una pista bastante facilona de quienes son. No obstante, os lo explico para aquellos que no me conozcáis demasiado. De los hombrecitos de mi casa no hace falta que os diga mucho porque supongo que ya los conocéis, pero hay otros dos de los que hasta ahora no os he hablado; mis sobrinos.
Tengo dos sobrinos, uno de cinco años, Álvaro, y otro de 20 meses, Jorge. Con el mayor he tenido mucho más contacto y luché mucho para conseguir lo que ahora tengo, que se emocione cuando voy a verlo :D, pero el chico, a parte de ser completamente distinto, también me tiene loquita con sus bailes de la alegría y los besos que le da a Diego cuando lo ve. Otro día os hablaré de Jorge, el post de hoy va dedicado a Álvaro.
Su abuelo, mi padre, es bastante futbolero y se moría de ganas por tener a alguien con quien ir al campo, pues bien, por fin lo ha conseguido. Te emocionas y todo cuando ves que abuelo y nieto van juntos a ver a su equipo (no voy a decir cuál para no crearme enemigos) y no sabes quién de los dos está más ilusionado. Álvaro empezó a ir al campo el año pasado pero yo quería esperar a que fuera un poquito mayor para darle la sorpresa. Escribí al equipo, y este miércoles va a salir al campo a hacerse la foto con los jugadores antes de que empiece el partido. Yo no podré estar, pero daría oro (si lo tuviera) por que alguien grabara las dos caras en ese momento, la del abuelo y la del nieto.
Ayer estuvimos, bueno, estuvo mi santo, escribiéndole una carta en nombre del presidente del club, con su escudo y sus marcas de agua y todo, donde le invita personalmente a hacerse la foto, porque sabe que es muy aficionado y que siempre que puede va al campo con su abuelo. La carta sí que se la voy a dar yo, y al menos esa carita sí la podré ver.
Yo creo que estas cosas casi emocionan más a quien las hace que a quien las recibe, pero bueno, yo me quedo con la ilusión de haber participado en esto que estoy segura de que le va a encantar y voy tomando nota para cuando tenga que hacerlo con mi principito.
Así que nada, ya os contaré cómo va todo y a ver si para ponerle el broche final a ese día ganan el partido que está la cosa muy chunga.
Hasta el próximo post!!!
Os dejo una foto de mis tres soletes jugando, que son para comérselos.
ya solo queda un día para el gran evento, está supercontento!!! que ilusión le ha hecho, y la carta la ha guardado como oro en paño! Gracias tata!! Mañana tendremos una tarde entretenida :)
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